Por qué México siempre es el número uno o dos en cuanto a los países consumidores per cápita de Coca-Cola. La respuesta es, entre otras cosas, la historia y el posicionamiento adquirido a través de lo que Coca-Cola sabe hacer como ningún otra marca: resaltar los lazos de unión entre las personas.
A lo largo de la historia de la marca, ha habido comerciales gloriosos donde no se destaca el sabor o la frescura de su bebida, sino los lazos entre familia, amigos, incluso hasta desconocidos; es decir, el espíritu, la emoción.
Por el otro lado, si miramos a Pepsi y sus constantes cambios, entenderemos porqué no ha logrado penetrar de la misma manera. Para muestra basta el comercial de Fundación Toño, donde queriendo hacer uso de la irreverencia, se resbalaron hasta ofender a las fundaciones y ONG’s en México. El comercial podrá gustarles a los adolescentes en busca de su identidad pero no les hace gracia a muchos adultos, mucho menos a los relacionados al tercer sector y a la responsabilidad social. Pepsi ha apostado todas sus canicas a ser “joven”. El problema es que hay muchos, muchos tipos de jóvenes.
En ese sentido, el espíritu es universal, la juventud es muy particular; el espíritu es eterno, la juventud, pasajera… y en publicidad, las cosas no son muy diferentes.
Comentario:
Coca Cola ha elegido bien el posicionamiento que quiere manejar en sus consumidores, contrario a lo que hace Pepsi queriendo enamorar a los jóvenes. Si su mensaje quiere llegar a un segmento especifico, no pueden dejar de lado a aquellos que pudieran ser susceptibles de recibir el mensaje, sobre todo cuando parte de lo que deseamos es cuidar la imagen de la empresa.
Esto nos lleva a que en cuestión de posicionamiento debemos tener mucho cuidado en qué es lo que queremos decir, a quién y cómo es que se los queremos decir.
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