jueves, 3 de diciembre de 2009

Puma: cambiar a tiempo



Fueron, sin duda, uno de los referentes de la “moda callejera” en los años 70. Las zapatillas deportivas Puma inundaban las calles de medio mundo y los deportistas famosos pugnaban por llevar el distintivo del felino en sus camisetas. Puma rivalizaba, por entonces, por el liderazgo mundial del “sportswear” con Adidas... y perdió la batalla. La historia de Puma en los años posteriores a este “boom” fue sin duda, un claro ejemplo de cómo una empresa puede morir de éxito. Puma inició su propia travesía del desierto en los años 80, merced a una estrategia de marcas incoherente, una política de distribución farragosa y otros errores que la firma pagó extremadamente caros. Este cúmulo de desaciertos tuvo como principal consecuencia lo peor que le puede pasar a una marca perfectamente anclada en el mercado: perder su caché, dejar de ser cotizada y pasar a inundar las zapaterías de barrio con modelos tan poco sugerentes como obsoletos.
La situación crítica de Puma perduró hasta la entrada en la compañía, a principios de los años 90, de un visionario y “marketiniano” directivo, Joche Zeitz, que hoy preside, con sobrados méritos, el Consejo de Administración de la compañía alemana. La tarea encomendada a Zeitz fue tan sencilla en su enunciado como compleja en su desempeño: reconstruir la empresa y reposicionar la marca. Desempolvar las “demodées” zapatillas y prendas Puma y devolverles el esplendor de antaño. Zeitz empleó cinco años en sanear la situación financiera de la empresa y otros cinco más en esbozar la dura misión del reposicionamiento.
Fusionando moda y deporte, detectando un nuevo nicho de compradores adeptos al “sportslifestyle” y fichando a diseñadores de la talla de Jil Sanders, entre otros, Puma ha logrado hoy lo que parecía imposible: ser la referencia, si cabe más que antes, no sólo del mundo de la ropa deportiva, sino de la moda en sí misma. Ha conseguido lo que sólo unos elegidos logran: devolver el glamour a la marca, borrar los errores pasados y ampliar su mercado para dar el salto del deporte a las pasarelas. Con una facturación de más de 1.500 millones de euros –de los cuales, el 66% los aporta el calzado- y presencia en 80 países, Puma ha vuelto a ser la marca más deseada y el sponsor por el que todos suspiran. Constituye, sin duda alguna, un ejemplo paradigmático de cómo reposicionar con éxito.
01/11/2005, Por Juanjo Peso-Viñals en Mi cliente - Expansión


Este es un claro ejemplo de que siempre se tiene que estar escuchando al mercado, ya que de un año a otro si se descuida, puede pasar de ser uno de los lideres en el mercado a casi la bancarrota. Puma como lo dice el articulo cambio, aunque a mi parecer no lo hizo a tiempo.
Hoy con su nueva filosofía de mezclar la moda y el deporte se ha reposicionado, logrando otra vez llegar a ser uno de los lideres del mercado

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